Waku Waku

- Pepe, a veces pienso que quieres más al perro que a mi
- Que va cariño… si os quiero por igual.

Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, pero no nos equivoquemos, seguramente el hombre sea el mejor amigo del perro. Somos tan simples que nos encariñamos con cualquier cosa que nos mire. No hace falta que se mueva mucho, solo que nos mire de vez en cuando. Nosotros nos encargamos de mimarlos, darles de comer, vacunarlos, lavarlos, sacarlos a pasear… a cambio de solo dejar que les acariciemos. No se quien sale ganando… pero económicamente sólo el dueño sale perdiendo, y estando en tiempo de crisis hay que recordar que a perro flaco, todo son pulgas.

Pero bueno, no voy a ser falso. No soy amante de los animales, pero tengo una Cobaya. Es macho. Si, ya se que dan ganas de decirle todo en femenino, pero es macho, así que nada de “¡qué bonita!” ni “¡qué mona!” ni “¿qué es esa cosa?”, se dice “¡qué bonito!”, “¡qué mono!” Y “¿Qué es esa coso?” Y no, no muerde. Y si, se parece a un conejo, pero no es un conejo. Y si, también, se parece a un hámster, pero no es un hámster.

Probablemente sea el animal que menos se mueva después de la lapa, lo reconozco, se mueve menos que un teletubbie en una cama de velcro, pero me hace gracia. Solo reacciona cuando tiene hambre, y se tira casi todo el día tumbado esperando a volver a reaccionar cuando tenga hambre de nuevo, cada vez se parece más a mí, de tal palo, tal astilla. No corre, ni me trae pelotas ni periódicos, no hace nada en especial, simplemente come lechuga y a veces hace un sonido parecido a “wiii” (como la consola), pero tampoco hace falta que haga más, a mi me gusta así. Probablemente yo haga menos un domingo de resaca.

Si nos paramos a pensar, nadie se puede escapar de haber tenido una “mascota” en su corazón. Le hemos cogido cariño a una naranja que jugaba a fútbol, a un osito muy “mimosín” que estaba todo el día restregándose con una toalla, a una calabaza llamada Ruperta, a un perro con la nariz torcida que andaba con los brazos abiertos en Barcelona’92, todo el mundo ha tenido un souvenir de un pájaro homosexual (si, ¿no os acordáis de un pájaro con pluma y con la bandera del orgullo gay en la cabeza? Se llamaba curro) y hasta le tenemos cariño a Belén Esteban (¿eso vale como mascota?).

No nos engañemos, nos gusta tener un animal de compañía. Pensad por un momento, por ejemplo en los perros. Los perros no hablan, no lloran, no traen a sus padres a tu casa, no les molesta que uses su shampoo, les encantan que dejes las cosas por el suelo, les hace gracias oír tus eructos, nunca esperan regalos en su cumpleaños, no preguntan, no critican, no te piden que les hagas masajes en los pies, te encuentran divertido cuando estas ebrio,… toda persona debería vivir con un perro antes de vivir en pareja, porque Quien con los perros se trata, aprende hasta alzar la pata.

Sed buenos y recordad que, como dijo un filósofo, Podemos juzgar el corazón de una persona por la forma en que trata a los animales